Ababol

A un lado del camino
por donde muchos pasan
una semilla genéticamente equivocada
y aquejada de sedienta ansiedad
esperaba el agua de un sol, que no llegaba.
Un día, un rayo helado cauterizó su alma.
Aunque llueva, ¡ya no florecerá la amapola!

Don Dinero

Yo al igual que a Dios he sido utilizado por los poderosos en interés propio y degradado por los corruptos.

Hay gente que piensa que soy el origen de todos los males, pero los que piensan así es que nuncan se han preguntado cual es mi origen.

No puedo existir a menos que existan bienes y personas que puedan de producirlos, estoy ligado a la capacidad y al esfuerzo de la mente humana.
Gracias a mí intercambian valor por valor y cuando me aceptan en pago del esfuerzo propio lo hacen con la condición de que luego me podrán cambiar por el producto del esfuerzo ajeno.
No me obtiene el inteligente a expensas del idiota, ni el capaz a expensas del incompetente, ni el ambicioso a expensas del holgazán.
Antes de que pueda ser saqueado surjo a través del esfuerzo de las personas honradas, en la medida de la capacidad de cada una; y el honrado es aquel que comprende que no puede consumir más de lo que ha producido.
Muchas veces soy papel cuando en realidad debería ser oro gracias a un pacto de honor entre personas, de ahí mi frágil condición.

Permito tratos que se hacen en beneficio mutuo, según el libre juicio de ambas partes, porque cuando las personas viven basadas en el intercambio, poniendo como árbitro decisivo a la razón en lugar de la fuerza, lo que triunfa es el mejor producto, el trabajo más perfecto, el hombre de mejor juicio y mayor idoneidad.

No otorgo ningún poder más allá de la elección voluntaria del que quiere entregar su esfuerzo a cambio.
Pero aunque doy los medios para la satisfacción de los deseos, no proveo dichos deseos, no doy la felicidad para quien no sabe lo que desea, no doy inteligencia al estúpido, ni valor al cobarde, ni respeto al incompetente y a la larga nunca sirvo a quien no esta a la altura.

Si alguien me consigue por medio del fraude, degradando sus ideales, todo lo que acumule no será un elogio hacia su persona, sino un reproche; no será un triunfo, sino un constante recordatorio de la vergüenza.
Entonces gritará que soy malo porque nunca podrá comprar el respeto de si mismo.

¿Acaso creen que el amor hacia mi es el origen de todos los males? Amar una cosa es conocerla y respetar su naturaleza; por lo tanto, amarme es conocerme y respetar el hecho de que represento lo mejor de cada uno.
La persona que vendería su alma por mí es la que proclama a gritos que me odia; y hay que reconocer que tendría motivos para odiarme.
Pero los que me aman están dispuestos a trabajar por mi, y saben que están en condiciones de merecerme.




En tanto los hombres vivan en sociedad y se necesiten medios de intercambio, el único sustituto, en caso de abandonarme, serían las armas.
De hecho siempre que aparecen elementos destructores entre los humanos, comienzan destruyéndome.
Al fin y al cabo soy el barómetro de las virtudes de una sociedad.
Cuando veáis que el comercio se hace no por consentimiento de las partes sino por coerción y cuando estéis bajo el yugo de quienes no producen nada; cuando triunfen los trafican con favores en vez de bienes; las influencias y el soborno en vez del trabajo, cuando la corrupción sea recompensada y la honradez se convierta en autosacrificio, entonces la sociedad estará condenada.
Un lugar donde me aprecian de verdad es un lugar donde reinan la razón, la justicia, la libertad, la producción y el progreso, un lugar donde en vez de guerreros y esclavos el trabajador es un hombre libre.
Hubo una época en la que la riqueza era producida por el trabajo de los esclavos. Tiempos de miseria y hambre en los que se exaltó a los saqueadores como aristócratas y se despreció a los productores.
El depravado que se lamenta y no ve la diferencia entre mi poder y el poder del látigo, debería aprender la diferencia en su propia piel.

Cuando deje de ser la herramienta mediante la cual los hombres se relacionan entre sí, los hombres mismos se convertirán en herramientas de otros hombres. Sangre, látigos, armas; o yo. Elegid!


(Basado en La Rebelión de Atlas de Ayn Rand)

Equilibrio indeciso

... no alcanza a hacerse viento ...
... la humedad no satura ...
... ni más frío que ...
... ni tan cálido como ...
... ojo en el huracán...
... infinitos caminos ...
... horizontes lejanos...