
- ¡Señor, señor! ¿nos compra una hoja?, solo cuesta 5 centimos, es para los niños de Africa.
Pasé de largo , pero un acto reflejo hizo que metiera la mano en el bolsillo del pantalón.
Esa niña me recordó algo. Parecía muy locuaz y despierta y llebava el pelo largo y revuelto.
Gire la cabeza y rapidamente se arrancó con los patines aventajando al niño que trataba de llegar antes que ella.
Me tendió la mano ... era una hoja con una sonrisa ...
Esa niña me recordó algo. Parecía muy locuaz y despierta y llebava el pelo largo y revuelto.
Gire la cabeza y rapidamente se arrancó con los patines aventajando al niño que trataba de llegar antes que ella.
Me tendió la mano ... era una hoja con una sonrisa ...
4 comentarios:
Esa hoja no tiene precio.
Besos salados
totalmente de acuerdo con Alma!
Besitos.
supongo que la ternura quedó plasmada en tu corazón al ver la sonrisa de aquella hojita. En la vida hay pequeños instantes que nos demuestran que a veces la magia existe.
cariñotes...de gualeguaychú Argentina
a veces la vida nos permite descubrir su magia. Pequeños instantes susceptibles de ser captados solo si estamos abiertos a sentir.
besos
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