La importancia de lo inmaterial

Al salir de casa repasó mentalmente todas las cosas que necesitaba llevar consigo: llaves de casa, monedero, móvil, guantes, bufanda y el bolso con cosas que aunque no necesites no te molestas en dejar e incluso algunas que no sabes que llevas.

Fue en el bar, al ir a pagar unas cervezas cuando de pronto esa sensación de arropamiento mental que generan esas pocas pertenencias desaparece. ¿Dónde estaba el bolso? Le sigue el desconcierto, la idea del robo, la desnudez de lo material.
Los contactos en el teléfono robado imposibilitan cualquier comunicación remota, sin dinero la distancia a casa o a lo conocido cobra un sentido real, incluso sin identificación dudas por un momento quien eres.

Al cambiar de manos todos esos pequeños símbolos materiales que piensas representan de algún modo tu vida se volatilizan y en manos del ladrón quedan sólo unos pocos euros, que seguramente malgastará.

De repente eres consciente que guardabas contigo y no en el bolso todo lo que necesitas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

me gusta...tienes razón en que todo lo necesario estaba en mí y no en el bolso. De hecho, 2 días después la vida continúa...sin tarjetas, sin móvil y sin IPOD. Es la grandeza de lo inmaterial.

El pasajero dijo...

Gracias, a veces cosas negativas como esta nos descubre otras positivas que si no siempre permanecerían en el "fondo del bolso".