Revisando entre viejos escritos encontre esto escrito en algún momento reflexivo...
Sufría en cada paso el polvo del camino.
Parecía como si los árboles se me hicieran a un lado
y hubieran dejado de entregar el favor de su sombra.
Caminaba con la vista al frente y alejandome paso a paso del recuerdo.
Intentando anular ese instinto que me mareaba
cada vez que el egoismo, la hipocresía o la mentira se cruzaban conmigo.
Era una lucha infructuosa que me envenenaba,
y a la que no había aprendido a combatir.
Sólo la soledad parecía saber tratarme.
Me había prometido miles de veces no ceder a su chantage,
pero había reconocido que ella era más fuerte
además, siempre se presentaba como una amiga.
Era la única que parecía no pedir nada,
pero iba tejiendo poco a poco sus redes,
sin yo saber, que me quería sólo para ella.
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